A modo de variación de Poema de amor, 13 de Darío Jaramillo
Primero está el silencio,
en la boca del estómago y en los latidos sordos;
esta es la única verdad, el indudable detalle,
que solo tu escuchas tus pensamientos
que estos son invisibles
que eres tú esa humanidad transparente.
Tus flores, apenas -semillas pasmadas-
debes conservarlas,
respirándolas;
déjalas palpitar en su inexistencia,
espera, espera,
déjalas soñar con existir.
Porque primero está el silencio,
que tu habitas
callado
con los recuerdos -que has perdido-
Quizás una madrugada, a las tres, a las dos, a la una,
aparezca iluminada la palabra
-que corre, que llueve, que ríe-
que canta
regalándote una voz.
Pero recuerda en ese instante,
cuando ella llegue
y te haga verso
que primero y siempre, fuiste silencio
y entonces, invisible
luego, si ha de amanecer, serás la palabra.
Me gusta sobremanera este "modo de variación". Funciona, es una dicotomía tan efectiva como la de Soledad/Amor de Darío Jaramillo.
ResponderEliminarEs una metamorfosis que tal vez sufrimos a lo largo de nuestras vidas. Siempre luchando contra el silencio. Queremos gritarle al mundo, que sienta lo que nos hace crujir las vísceras, y escuche nuestros latidos. Ser palabra es la huella de nuestra existencia. Me recordó tu poema esta frase extraída del cuento "El último rostro" de Álvaro Mutis: "no vamos a detener la labor de la muerte callando lo que nos duele".
Yo también he estado algo "atacada" con las palabras. Bueno, es un ataque que disfrutamos; y te invito a conocerlo: http://blogalaintemperie.blogspot.com/2012/11/abrapalabras.html
Un cálido saludo,
Jess Vilardi.